Toda una vida dedicada al mar

 

Miguel López Mateo nació en el año 1939 en el seno de una familia de pescadores y buzos de El Bulto. “El primer recuerdo que tengo de la Mar es a los 6 años, en 1945, en casa de mis abuelos en la playa de San Andrés en Málaga, donde guardaban los enseres de pesca. Allí encontré unas boyas de cristal (flotadores antiguos de las redes de arrastre), una de ellas parcialmente llena de agua, lo que me llamó la atención. Éste fue el primer objeto que guardé, sin saber que me iniciaba en el coleccionismo naval.”

Toda su familia, desde generaciones, estaba íntimamente ligada al mar y a la pesca. Su padre era patrón del San Francisco hasta su fallecimiento. Murió por amistad, al visitar a un buen amigo enfermo de tifus que le contagió. Su madre tuvo que hacerse cargo de 4 hijos, siendo él el tercero.Desde los 7 años siempre que podía se escapaba del colegio y se escondía entre las redes, cajas de pescado o los tanques de gasoil del San Francisco. “A veces me descubrían en mi escondrijo antes de abandonar el puerto, y a rastras me devolvían a casa o al colegio. En alguna ocasión tuve que subirme al palo huyendo, y desde arriba arrojarles piedras que llevaba en los bolsillos para que no pudieran trepar, trincarme y hacerme volver a tierra. Si conseguía partir fuera del puerto, en el mar era feliz disfrutando de lo que era mi pasión y sueño.”

Así, creció navegando en pesqueros, remolcadores y mercantes, hasta que en Amberes conoció a su mujer. Su matrimonio significó abandonar el mar por amor ya que sus suegros pusieron la condición que dejara la vida de marino. Su promesa la cumplió hasta su fallecimiento. No volvió a embarcarse y sólo pisó una cubierta o un puente para probar los pesqueros de los que fue armador.

Marinero en tierra, decidió recuperar y restaurar todo tipo de piezas navales que había conseguido y comprado desde niño. Todos estos años, su pasión por estar en la mar la calmaba con la pasión de poner en funcionamiento y en su estado original instrumentos navales casi destruidos y de todo tipo de barcos.

En sus últimos años la nostalgia de aquella época embarcado en el San Francisco le llevó a “recrear en maquetas los instrumentos, aparejos y sistemas de pesca de aquellos tiempos, intentando reproducir al detalle los barcos, el trabajo que realizaban y, de alguna manera, intentar mantener y transmitir las tradiciones marineras y pesqueras de nuestra tierra.”